domingo, 18 de marzo de 2018

LA POBLACIÓN ASILADA EN EL SANATORIO FRENOPÁTICO NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT, DE SANT BOI DE LLOBREGAT, EN EL AÑO 1929.

 Cocina central del establecimiento.


Pabellón de San Isidro.  Comedor.


El Médico-Director del Sanatorio de Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat, Dr. Antonio Rodríguez y Rodríguez-Morini, realizó un completísimo trabajo de aquella institución a instancias del  Padre Guillermo Llop, Provincial de la Orden de San Juan de Dios en España y América, y que en su día se publicó con el patrocinio del Padre Justiniano Valencia, Superior de aquella institución.(1)

Su autor se limitó  a relatar, del modo más conciso, la fundación y el desenvolvimiento del antiguo manicomio, y a referir, también someramente, como era, estética y dinámicamente el moderno Sanatorio para enfermos de la mente.

La publicación, realizada en octubre de 1929, es muy amplia, por lo que, en esta ocasión, me limito a reproducir lo referido a la población asilada.

" Actualmente el número de enfermos asilados por la beneficencia pública es de cerca de mil cien, casi el doble de los que se albergaba hace diez años. 

Esta población asilada está constituída por elienados de todas edades y de todas condiciones sociales, procedentes de todas las provincias españolas (escasísimo número de extranjeros), recluídos , en su mayor parte, por cuenta de las Diputaciones provinciales de Barcelona, Lérida, Huesca y Soria y de los Ayuntamientos de Barcelona, Tarrasa y Sabadell. Existen además algunos marinos de guerra, colocados por el Estado; un pequeño número de antiguos soldados repatriados de Cuba y Filipinas, y algunos indigentes que sostiene gratuitamente el Sanatorio.

El 60 por 100 de los asilados de beneficencia son enfermos crónicos o agenésicos (paralíticos generales, epilépticos, dementes seniles, idiotas, imbéciles), absolutamente incurables, que pesan fatalmente sobre las estadísticas demográficas. Otro 25 por ciento está formado por dementes precoces,paranóicos y degenerados con episodios psicopáticos, que sólo ofrecen  alguna probalidad de mejoría o de remisión sindrómica. Y los restantes ( no más de un 15 por 100), si bien sufrieron en su principio, psicopatías de forma aguda (infecciosas, tóxicas, traumáticas, etc., etc.),  de pronóstico curable, llegan muchos de ellos al establecimiento  en tan deplorable estado psíquico y somático, por el tiempo transcurrido desde que se inició su enfermedad hasta que se consiguió la hospitalización del paciente, que cuando ingresan en el Sanatorio se les puede ya  calificar de enfermos crónicos, perdiendo, por lo tanto, casi todas las probabilidades de curación.

Así se explica  que sean en número tan reducido las altas por curación que se han concedido en este establecimiento desde hace muchos años ( de un 3  a un 4 por 100 en el último quinquenio). Se prodigan, en cambio, las salidas temporales ( de un 10 a un 15 por 100) a enfermos notablemente mejorados o con remisión sindrómica, que pueden, sin peligro probable, vivir con sus familias y hasta dedicarse a sus trabajos habituales. Estas altas se conceden  por tiempo indeterminado, teniendo la inmensa ventaja, sobre las definitivas, de que el enfermo puede reintegrarse en el establecimiento en caso de recaída o agravación de su dolencia, con un sencillo certificado médico, sin necesidad de instruir nuevo expediente de reclusión, vejatorio, complicado y largo, que exigen las disposiciones vigentes para recluir por segunda vez a un presunto alienado que hubiese salido en concepto de curado la primera vez que estuvo recluído en un manicomio.

Para obviar estos inconvenientes legislativos, perjudiciales siempre a la salud de los pacientes, es por lo que se conceden en este Sanatorio más salidas temporales que altas por curación, resultando en realidad iguales, prácticamente, para los intereses de los asilados lo mismo unas que otras, con la sola diferencia, puramente formulística para los afectados de la brillantez de las estadísticas, de que las cifras de curaciones registradas en este Sanatorio, de los asilados de beneficencia, resultan  muy inferiores a las que se adjudican públicamente otros establecimientos frenopáticos españoles y la mayor parte de los extranjeros.

Como compensación a esta aparente inferioridad en las curaciones, las cifras de mortalidad de los últimos diez años también son en este Sanatorio muy inferiores (de un 9 a un 10 por 100 anual) a las que corresponden a nosocomios que albergan enfermos crónicos, viejos, valetudinarios y caquécticos, que forzosamente tienen que pagar gran tributo a la muerte.

Las defunciones han sido ocasionadas (en el último quinquenio), principalmente, por hemorragias cerebrales, enteritis tróficas, comas epilépticos y caquexias nerviosas y seniles. Por fiebre tifoidea se han registrado poquísimos casos, pues esa enfermedad desde hace tiempo sólo se ha presentado en San Baudilio con carácter esporádico. Ni de viruela, ni de sarampión, ni de escarlatina, ni de difteria, ni de tifus exantemático, se ha observado un sólo caso en los últimos 15 años.

La tuberculosis pulmonar, azote de Manicomios y de toda clase de asilos donde hay hacinamiento de enfermos, ha sido muy reducida en este Sanatorio, debido en gran parte a la gran permanencia al aire libre de los asilados y al buen régimen alimenticio a que están sometidos.

Rara vez se ha tenido que acudir a remediar grandes traumatismos producidos por agresiones o accidentes, pero en cambio, se han practicado muchas intervenciones operatorias para curar diversas afecciones quirúrgicas.

Ha habido que lamentar muy pocos suicidios, a pesar de la enorme masa de enfermos que han pasado estos últimos años por el Sanatorio. Han sido algo numerosas, en cambio, las evasiones de asilados con tendencia a las fugas porque, aun estando sometidos a una vigilancia muy rigurosa, aprovechan cualquier ocasión para salir del recinto del establecimiento."

(1) ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS. Sanatorio Frenopático de Nuestra Señora de Montserrat. San Baudilio de Llobregat (Barcelona). Octubre de 1929.

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