lunes, 11 de febrero de 2013

UN POSIBLE CASO DE INTERNAMIENTO EN EL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO DE LLOBREGAT POR INTERES FAMILIAR. ( JUNIO DE 1913)

Que los manicomios han tenido  entre su población  asilada a personas recluídas,  unas inconscientemente y otras contra su voluntad, por intereses familiares de su entorno  más cercano, ha sido una  conocida  realidad desgraciadamente usual hasta tiempos no muy lejanos, y el manicomio de San Baudilio de Llobregat no ha sido precisamente una excepción. Tal vez el caso más célebre y conocido por las  importantes  repercusiones que tuvo,  fue la detención ilegal de Dª Juana Sagrera (Ver: http://jovencam.blogspot.com.es/2008/11/d-juana-sagrera-o-el-caso-de-una.html).  Pero han habido otros, unos  trascendieron  y otros   pasaron inadvertidos. Como bien dijo en su día el Dr. Sabaté, médico psiquiatra del Sanatorio Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat,  "El enfermo mental es una mercancía humana que recibe el alta en el cementerio " (1.965). Cuántas y cuántas personas fueron encerradas en aquellos y otros establecimientos y allí permanecieron olvidados hasta el fin de su existencia, para acabar su materia  arrojada en el fondo de una fosa común del cementerio ,y eliminada  recubierta  por unas paladas de cal viva y  de otras de tierra.

En junio de 1913 según publicó el rotativo barcelonés  "La Vanguardia", " Jacinto Saladrich  presentó una denuncia por coacciones contra una hermana suya, por suponerse que intervino en la reclusión del denunciante en el Manicomio de San Baudilio de Llobregat  y luego en el Asilo del Parque.

Al parecer se trata de una cuestión de intereses.

En el asunto interviene el juzgado del Oeste, secretaría del señor Alemany" (1)

(1) "La Vanguardia"  Domingo, 8 de junio de 1913. Página 4

1 comentario:

pollentinus dijo...

CARNE DE MANICOMIO:


Esta expresión en el pasado era usada con frecuencia para referirse a personas cuya suerte era pasarse toda su vida recluidas en algún centro psiquiátrico. Durante mi estancia en el Sanatorio psiquiátrico de nuestra Señora de Montserrat (Sant Boi, para los amigos), en la década de los años 60 del pasado siglo XX, como hermano de San Juan de Dios, encargado del Pabellón de San Isidro en el cual mal vivían (no convivían) “yuxtapuestos” los enfermos “crónicos finales” de distintas patologías, tuve acceso a las historias clínicas de los pacientes en él recluidos y pude constatar que algunos de ellos llevaba más de 30 años internados en el centro.

Había uno de ellos apodado el "Espíritu Santo" que además presumía de ser monárquico afirmaba “yo vine aquí en tiempos de Alfonso XIII” , sería en decano.

En la mayoría de los casos el enfermo era incapacitado y pasaba a depender de un consejo de familia el cual administraba sus bienes, lo malo era que casi siempre esta incapacidad era irreversible y se condenaba al enfermo de por vida a ser carne de manicomio.Esta situación agravaba más la psicosis del enfermo porqué era consciente del chantaje al que estaba sometido.

Aquí se hace mención al Dr. Sabaté al que tuve ocasión de conocer, por aquellos años atendía a los enfermos del Pabellón de San Juan de Dios que estaba junto a la ropería, dando la espalda al camino que iba al cementerio.

Ya que hago mención a la ropería recordaré que en la misma se confeccionaban la mayoría de las prendas de vestir que usaban los internos. Como encargado de la misma siempre había algún hermano cuya profesión antes de ingresar en la Orden había sido sastre. En la ropería trabajaban varias mujeres del pueblo de Sant Boi y para el acceso a la misma había una puerta lateral distinta a la entrada principal, de la cual tenían llave aquellas mujeres.

Hoy acabaré con el saludo habitual que usábamos los hermanos:
Alabado sea Jesucristo