Dr. Rafael Rodríguez Méndez
Dr. Arturo Galcerán y Granés
En el año 1902 se declaró, en el Manicomio de San Baudilio de Llobregat, una epidemia de enteritis colibacilar, que se saldó con un considerable número de fallecimientos entre la población asilada.
Las crónicas de la época refieren que " ante tan grave situación, el padre Benito Menni, con fecha 1 de agosto de aquel mismo año , nombró director médico al Dr. Antonio Rodríguez y Rodríguez - Morini (1) el cual pronto resolvió el grave problema que aquejaba a la población manicomial".
Sin embargo se conoce la existencia de una carta en que, este nuevo director, junto con otros médicos del establecimiento psiquiátrico, remitieron a los doctores Rafael Rodríguez Méndez (2) y Arturo Galcerán y Granés (3), pidiéndoles su colaboración para normalizar aquella situación, y que se envió con ruego de publicación al periódico barcelonés "La Vanguardia" en estos términos:
"Señores doctores don Rafael Rodríguez Méndez y don Arturo Galcerán y Granés.
Respetables y queridos maestros: El nuevo Cuerpo Facultativo del Manicomio de San Baudilio, tiene el honor de dirigirse á ustedes solicitando su valioso concurso para normalizar la situación sanitaria de este importante frenocomio, harto desequilibrada, como ustedes seguramente no ignoran desde hace mucho tiempo.
Al encargarnos de la árdua tarea de poner en orden los deficientes y desorganizados servicios médicos de esta casa, no creíamos que el mal tuviese tan hondas raíces, ni que el estado sanitario del departamento de mujeres fuese tan terriblemente lamentable como en realidad es.
Investigando las causas de la enfermedad epidémica, que ha venido diezmando á las pobres alienadas , inquiriendo por todas partes y por toda clase de medios, observando escrupulosamente la marcha de la afección infecciosa, y apelando á toda suerte de estudios clínicos y experimentales, hemos llegado á tener la firme convicción de haber hallado las causas productoras del mal, y en consecuencia puestos en práctica todos los medios que nos ha sugerido nuestro criterio y buen celo, como eficaces para combatir la mortífera dolencia.
Tenemos la conciencia tranquila de haber obrado como buenos, esperando impacientemente los resultados favorables de nuestra campaña científica.
Podemos habernos equivocado en nuestras determinaciones, podemos haber olvidado muchas prescripciones importantes; por esto rogamos al ilustre higienista, al sabio frenópata, al médico filántropo, que vengan en nuestra ayuda, que examinen lo que aquí hemos hecho, que nos aconsejen , que nos iluminen y que nos impongan lo que estimen más conveniente.
Todos trabajamos en bien de los pobres locos, tanto más dignos de compasión cuanto mayor es su infortunio, y ustedes, queridos é ilustres maestros, que tan bien conocen esta casa y que tan perfectamente estudiados tienen á sus infelices moradores, no pueden negarse á ayudarnos en esta obra de misericordia.
En la seguridad de que así será, les anticipan las gracias y les saludan con el mayor respeto y afecto sus antiguos discípulos q.l.b.l.m.,
Antonio Rodríguez y Rodríguez Morini, José Antonio del Cueto, José Rius Matas, José Cunill, Juan Net, Norberto de Llinás." (4)
(1) El Dr. Antonio Rodríguez y Rodríguez-Morini ejerció el cargo de director del Manicomio de San Baudilio de Llobregat, desde el día 1 de agosto de 1902 hasta su jubilación, en el año 1930.
(2) El Dr. Rafael Rodríguez Méndez trabajó durante muchos años en estrecha colaboración con el Dr. Antonio Pujadas y Mayans, asumiendo a su muerte el cargo de director médico del establecimiento psiquiátrico y al que renunció en 1882.
(3) Fue director médico del Manicomio de San Baudilio de Llobregat desde 1885 hasta 1895.
(4) "La Vanguardia" Viernes, 12 de septiembre de 1902. Página 2.