viernes, 26 de junio de 2009

A FINALES DEL AÑO 1870, EL DR.`PUJADAS SE PRECIPITÓ AL ABISMO AL OFRECER SU MANICOMIO A LAS DIPUTACIONES PROVINCIALES PARA SUS DEMENTES.

Concluído el serio contratiempo, a raíz del juicio por detención ilegal de la Sra. Juana Sagrera, el Dr. Antonio Pujadas visitó, en el año 1864, todos los establecimientos frenopáticos de España con la preceptiva autorización del Gobierno de la nación. A su regreso, continuó efectuando reformas y levantando nuevos edificios y a finales del año 1870 tuvo una idea que, en opinión del Dr. Rafael Rodríguez Méndez, "lo precipitó al abismo", al solicitar a las Diputaciones Provinciales y al propio Gabierno, el envío de dementes pobres, ofreciendo el manicomio al precio establecido para los asilados de Beneficencia.
De manera inmediata, muchas Diputaciones le enviaron los enfermos que tenían, al tiempo que el Gobierno, en circular de fecha 25 de agosto de 1870, recomendaba que se hicieran el envío de los enfermos que tuvieran , puesto que obviamente, esta medida resultaba más económica que mejorar los manicomios públicos ya existentes o edificar nuevos establecimientos. Pero no todo acabaría aquí, porque también ofreció sus servicios al Ministerio de Gracia y Justícia, que se apresuró a dictar la Real Orden de 14 de octubre de 1870 para poner en conocimiento de todas las Audiencias del Reino, la disponibilidad de este establecimiento para acoger a enfermos "judiciales".
Nadie se explica el por qué el Dr. Pujadas tomó aquellas decisiones, incluyendo al propio Dr. Rodríguez Méndez, que reconocía "Ignoro a ciencia cierta por que lo hizo: ¿por hacer más bien?, ¿por tener muchos enfermos?, ¿Por querer ser el único en España?. Todo cabe en lo posible, lo que no cabe pensar es que lo guiara el afán de lucro" (1).
Consecuentemente, el manicomio se saturó de enfermos mentales pobres, y la consecuencia más inmediata fue la reducción de los ingresos de pensionistas y la retirada de algunos de los que ya estaban ingresados. Paralelamente aumentó el índice de mortalidad y se redujo al mínimo la cifra de curaciones, mientras que la situación económica que atravesaba la institución, se hacía cada vez más insostenible. Era el inicio del descrédito y el desmoronamiento de la obra de toda la vida del Dr. Pujadas. La situación llegó a ser tan crítica que un día llegó a faltar incluso, la comida para los enfermos.
(1) Rafael Rodríguez Méndez , naugurando en la Revista Frenopática Española una galería de psiquiatras españoles e hispanoamericanos. (1908)

1 comentario:

Antonio García dijo...

Se desprende que el Dr. Pujadas quería que todos los enfermos mentales pudieran beneficiarse de su manicomio, y por esto lo ofreció a las Diputaciones para que enviaran a sus enfermos pobres, todo y sabiendo que con lo que iba a cobrar, no cubriría gastos, pero pensaba en compensarlo con los ingresos de los pensionistas.