viernes, 28 de noviembre de 2008

BEATIFICACIÓN DEL HNO. JOSÉ OLALLO VALDÉS

El sábado, día 29 de noviembre de 2008, tendrá lugar, en la ciudad de Camagüey (Cuba) la solemne ceremonia de beatificación del Hno. José Olallo Valdés, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que será presidida por el Prefecto Emérito para la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins.
José Olallo Valdés nació en La Habana (Isla de Cuba), el 12 de febrero de 1820. Hijo de padres desconocidos, fue confiado a la Casa Cuna San José, de La Habana, donde tres días más tarde sería bautizado. Hasta los 7 años de edad fue educado en la misma Casa Cuna, y posteriormente pasó a la Casa de Beneficencia, caracterizándose siempre por ser un muchacho serio y muy responsable. Más tarde, entre los 13 y 14 años de edad, ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, en la comunidad del Hospital de los Santos Felipe y Santiago, de La Habana.
Como religioso Hospitalario, en abril de 1835 fue destinado a la ciudad de Puerto Príncipe ( actualmente Camagüey), para incorporarse a la comunidad del Hospital de San Juan de Dios, dedicando el resto de su vida al servicio de las personas enfermas con el carisma propio de San Juan de Dios. De enfermero ayudante, a los 25 años de edad pasó a ser el Enfermero Mayor del hospital, y posteriormente, en 1856, Superior de la Comunidad. Un dato relevante: En el transcurso de 54 años, solamente una noche se tuvo que ausentar del hospital, y fue de manera forzada, por causas del todo ajenas a su voluntad.
Vivió siempre afrontando grandes sacrificios y dificultades, pero las superó gracias a su rectitud y fuerza de ánimo. Su vida , consagrada a la Hospitalidad, no se sintió en ningún momento afectada durante el periodo de la supresión de las Órdenes Religiosas por parte de los gobiernos liberales españoles, aunque comportó también la confiscación de los bienes eclesiásticos. Desde que falleció el útimo Hermano de la Cominidad, hasta la fecha de su muerte, acaecida en 1889, se quedó completamente solo, pero siguió ocupándose, con la misma magnificencia de siempre, de la asistencia de los enfermos, fiel a su conciencia,vocación y carisma, con humildad y obediencia, noble de corazón, respetando, sirviendo y amando también a los ingratos, a los enemigos y a los envidiosos.
Durante la guerra de los diez años -- entre 1868 y 1878 -- mostró su coraje en la custodia de las personas que tenía a su cuidado, trabajando con prudencia y sin rencor en favor de toda la población en general, pero con preferencia por los más débiles y pobres, por los ancianos, huérfanos y esclavos. Tuvo que ceder forzosamente a las exigencias de las autoridades militares de convertir el Centro en hospital de sangre para sus soldados. Sin embargo no dejó, ni por un momento, de seguir acogiendo a los más necesitados de la población civil, sin distinciones de ideología, raza ni religión. En los momentos y situaciones más difíciles del conflicto bélico, a expensas de poner en peligro su propia vida, socorrió asistiendo a prisioneros y a los heridos en la contienda, sin tener en cuenta su provinencia social o política, defendiendo incluso a los que no tenían permiso del gobierno para que se les curara, y no dejándose intimidar por las amenazas ni las prohibiciones, obteniendo por todo ello el respeto y la consideración de las mismas autoridades militares. Precisamente ante estas mismas autoridades tuvo la valentía de interceder en favor de la población de Camagüey, en unos momentos muy delicados y tensos de peligro, evitando con ello una auténtica masacre civil.
Falleció el día 7 de marzo de 1889. Sus restos descansan en un monumento-mausoleo que se construyó años más tarde por suscripción popular de los habitantes de Camagüey, que expresaban reverencia y veneración hacia quien fue su admirado protector. Desde entonces, su tumba es visitada de manera contínua. Aunque fallecido, permanece siempre vivo en el corazón del pueblo, que le sigue venerando y llamando "Padre Olallo", al tiempo que su fama de santidad aumenta cada día más, de manera especial en Camagüey, que atribuye a su intercesión gracias y ayudas con mucha frecuencia.

martes, 25 de noviembre de 2008

LA EPIDEMIA DEL CÓLERA DE 1885 EN EL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO



En el año 1885 la epidemia del cólera afligió gran parte del territorio español. Las manchas negras del mapa, muestran las zonas invadidas entre los meses de agosto y setiembre de aquel año, por aquella enfermedad diarreica infecciosa aguda, de transmisión epidémica, que se podía adquirir por beber agua o comer alimentos contaminados con la bacteria del cólera, que se transmitía por la vía fecal - oral.
Se manifestaba con vómitos y diarreas, por lo que el enfermo, al perder gran cantidad de agua y debido a la desidratación, la piel se le arrugaba, la nariz se le afilaba, los globos oculares se le retraían y la temperatura del cuerpo descendía considerablemente. La acción cardíaca se debilitaba hasta el punto de que a veces no se percibía el pulso. Seguía la supresión de orina, afonía i... el fatal desenlace.
Cuando la epidemia invadió el Manicomio de San Baudilio, los responsables del establecimiento, formado por la Junta de Accionistas que se constituyeron a la muerte del Dr. Antonio Pujadas y Mayans, ocurrida en abril de 1881, no tomaron de inmediato las precauciones necesarias y después de que en el corto espacio de tres días hubieran fallecido 51 asilados, el Gobernador Civil de la Provincia, evaluando la gravedad de la situación, consideró que la intervención sanitaria tenía que ser inmediata. Era necesaria la presencia de un ingeniero que tuviera suficiente capacidad para tratar técnicamente los problemas derivados de la inexistencia o pésimo estado de las construcciones sanitarias, puesto que, sin solucionar previamente los problemas del tratamiento y encauce del agua potable y de manera especial las aguas residuales, de lo contrario la epidemia no se podía erradicar. De muy poco servía atender a los asilados con los medios que podía ofrecer la Medicina en aquellos momentos si no desaparecía el foco que provocaba la epidemia. Para ello delegó a D. Pedro García Faria, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, cuya fotografía encabeza estas líneas, para que interviniera ante esta angustiosa y dramática situación.
Una de las primeras medidas fue trasladar a 310 enfermos mentales, que todavía no se habían contagiado, a una casa conocida por Can Soler, en el vecino municipio de Santa Coloma de Cervelló, acondicionada y cedida generosamente por su propietario, D. Eusebio Güell.
Cinco días tardó el Sr. García Faria en tapiar los lugares insalubres, desinfectándolos con ácido sulfuroso y una solución de sublimado corrosivo en una proporción de 2 por 1000. Al sexto día, el Gobernador Civil declaró controlada la epidemia en el Manicomio.
La gravedad de esta situación, ocupó amplios espacios en los periódicos de la época, a nivel estatal, hasta el punto de que el Padre Benito Menni, que se encontraba el Ciempozuelos (Madrid), donde había fundado un manicomio para hombres , a cargo de los Hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y otro para mujeres, a cargo de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, dirigió un telegrama y una carta desde aquel municipio madrileño al Gobernador Civil de Barcelona, con fecha 15 de octubre de 1885, ofreciendo el número de Hermanas y Hermanos necesarios para toda la asistencia de coléricos del Manicomio de San Baudilio, matizando " cada Corporación a las personas de su propio sexo, como lo hemos venido haciendo en este y en muchos pueblos invadidos en diferentes provincias". El Gobernador Civil le envió un telegrama, dos días más tarde, mostrándose muy agradecido por su interés, pero informándole que de momento no era necesario por " haber mejorado visiblemente el estado sanitario de aquel manicomio". Aquí conviene recordar que el Padre Benito Menni tardaría todavía diez años en comprar y hacerse cargo del Manicomio de San Baudilio de Llobregat ( 25 de setiembre de 1895).
Una vez finalizada su tarea y desaparecido el foco epidémico, D. Pedro García Faria se reincorporó a su puesto de trabajo que tenía en Barcelona. El Gobernador Civil quiso demostrar su satisfacción y agradecimiento hacia el técnico que le había representado satisfactoriamente en las actuaciones y obras realizadas en el Manicomio de San Baudilio, y para ello envió con fecha 26 de octubre un telegrama al Ministro de Fomento y al Director General de Sanidad, en estos términos : "Llego del Manicomio de San Baudilio donde la epidemia ha terminado, lleno de admiración hacia el Ingeniero de Caminos D. Pedro García Faria, mi delegado especial, cuyos relevantes servicios reconocidos por todos rebasan los límites de lo ordinario mas sin perjuicio de promover en su día expediente para la concesión de la Cruz de Beneficiencia sobradaente ganada, me permito indicar a V.E. sería conveniente hacer saber el comportamiento verdaderamente heroico a este dignísimo".

En la Real Orden de 3 de noviembre de 1885, publicada en la Gaceta de Madrid, del día 8, recogía que "veinticinco asilados fallecían diariamente en el Manicomio a consecuencia de la epidemia colérica; mientras la Junta de Sanidad vacilaba en la designación del que debía ir á implantar las prescripciones sanitarias; el Sr. García faria, Vocal de dicha junta, se ofreció espontáneamente, y fué tan provechoso el servicio que prestó, que á los seis días de poner en práctica una desinfección rigurosa y cuantas otras medidas se habían ordenado, deesapareció la mortaldad". Consecuentemente, "S.M. el Rey se ha enterado con satisfacción de los extraordianarios servicios... " "La conducta de este funcionario, que espontáneamente se ofreció en los momentos de mayor peligro a realizar personalmente cuanto fuera necesario para salvar a los asilados, y que á este fin ha ejecutado actos humanitarios que pueden calificarse de heroicos, merece recompensas que en su día serán otorgadas; pero, en tanto que esto llega, es voluntad de S.M. que se le den las gracias en su nombre, publicándose esta resolución en la Gaceta de Madrid para honra y satisfacción del interesado y del Cuerpo á que pertenece".


viernes, 21 de noviembre de 2008

EUSTAQUIO CAMPO BARRADO O EL ROCAMBOLESCO CASO DEL MUERTO RESUCITADO DEL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO.

EUSTAQUIO CAMPO BARRADO nació en Alcántara, el 20 de octubre de 1839. Licenciado en derecho empezó a manifestar indicios de perturbación mental en marzo de 1864, ingresando en el Manicomio de San Baudilio de Llobregat el 28 de diciembre de 1865, por padecer, según certificación del médico titular de Plasencia, Dr. Vicente Cáceres "monomanía suicida crónica hereditaria". Allí permaneció ingresado, hasta que el 18 de setiembre de 1882, dieciseis meses después del fallecimiento del Dr. Antonio Pujadas, y siendo por aquel entonces el manicomio gestionado por una Junta de Acreedores, su director, D. Francisco Caballero firmó un parte declarando que D. Eutaquio Campo Barrado había fallecido, habiéndole sido administrada la extremaución por el capellán, y amortajado por el mayordomo de aquel establecimiento.
El padre de Eustaquio, que estaba casado en segundas nupcias con una mujer 30 años más joven que él, dejó en testamento que, a su muerte, una parte importante de sus bienes pasarían a su hijo Eustaquio, pero condicionado a que, fallecido éste, su herencia sería para su segunda esposa. Sin embargo, la madastra de Eustaquio pleitó para anular el testamento y quedarse ella con toda la herencia. Se casó con el abogado que llevaba el caso.
El otro personaje de esta historia és EUGENIO SANTA OLALLA PALOMAR, nacido en Burgos el 14 de noviembre de 1841. Casado y con dos hijos sufrió enajenación mental a raíz del fallecimiento de su esposa, siendo ingresado en el Hospital de San Juan, de aquella capital y más tarde en el manicomio de Valladolid, donde permaneció hasta 4 de abril de 1879, en que salió curado de la demencia y calificado como soltero. Fue a Madrid, donde tuvo dos recaídas, ingresando en el Hospital General. El 10 de octubre de 1880 se le trasladó al Manicomio de San Baudilio de Llobregat.
Volviendo a EUSTQUIO diremos que durante su estancia en el Manicomio de San Baudilio, se fugó entre 1874 y 1875 y embarcó con destino a Santander, con el nombre de Francisco González, que se había dado el mismo, por haber perdido la memoria y consecuentemente ignoraba su propia identidad. Más tarde residió en Valladolid y Madrid, trabajando de carpìntero. Recayó nuevamente en su enfermedad, y cuando curó, en mayo de 1881, se encontró de nuevo en el Manicomio de San Baudilio con el nombre de EUGENIO SANTA OLALLA, que le habían dado en el establecimiento, y que él adoptó por suponer que durante su última enfermedad se había averiguado que su verdadero nombre era EUGENIO. Con este nombre y completamente curado, permaneció en el Manicomio de San Baudilio, trabajando de carpintero, desde diciembre de 1881 a diciembre de 1883, en que recibió una carta escrita en Burgos por una mujer, que decía ser su hermana , y que le informaba que allí tenía un hijo suyo al que tenía que recoger para educarle. Regresó a Burgos donde aquella mujer le comuncó que él era viudo y que su hijo estaba en un establecimiento de Beneficencia. Allí le entregaron al joven, Marcelino Santa Olalla, y se lo llevó a San Baudilio.
En Plasencia (Cáceres) corría el rumor de que EUSTAQUIO no había fallecido, por lo que una vecina, Concepción Somera Alonso estuvo tres veces visitándolo en el Manicomio de San Baudilio. La última acompañada de D. Fernando Heras y D. José Ayala, proponiéndole que se fuera con ellos a Plasencia. Lo hizo acompañado de su hijo Eugenio. Reconocido por varios antiguos conocidos, se presentó al Juzgado para declarar que "estaba plenamente convencido de que él era EUSTAQUIO CAMPO BARRADO", y el 17 de octubre de 1886, por denuncia que hizo ante el mismo Juzgado D. felipe Díaz Cruz, comenzó a instruirse el proceso contra EUSTAQUIO - EUGENIO, por ursupación de estado civil. El proceso duró mucho tiempo y trascendió fuera de nuestras fronteras. Se hicieron pruebas caligráficas y declararon más de doscientos ochenta testigos. Se exhumó incluso el cadáver que presuntamente era de Eustaquio. También declararon el Dr. Baudilio Net y varios empleados del Manicomio de San Baudilio de Llobregat.
El ministerio fiscal pidió a la sala la libre absolución del procesado por supuesta ursupación de estado civil de Eugenio e intento de ursupación de Eustaquio, puesto que en San Baudilio le habían dado el nombre de Eugenio y al llegar a Plasencia le dijeron que se llamaba Eustaquio, resultando imposible que se llamara Eugenio porque el tal Eugenio padecía, ya en el año 1880, una enfermedad mortal de necesidad, por lo cual pedía abrir proceso contra la Administración del Manicomio de San Baudilio, para que puediera informar quien era el que aparece procesado. Finalmente el 4 de noviembre de 1888, la Audiencia de lo Criminal declara a EUGENIO SANTA OLALLA PALOMAR libre de absolución, pero no le confirma como EUSTQUIO CAMPO BARRADO, porque dice no tener competencias para ello.
EUSTAQUIO recobró su personalidad, pero no su fortuna. Fallecida también su madastra, el abogado con quien se había casado, terminó sus días en un manicomio.
No deja de ser elocuente lo que escribió José Fernández Bremón, en la revista "La Ilustración Española y Americana", editada en Madrid el 22 de octubre de 1888:
"Si el procesado de Plasencia resulta ser Eustaquio Campo Barrado, ¿qué se haría con la momia que ocupa un nicho pagado por aquel?.
-- Procesarle, por usurpación de esqueleto.
La verdad es que si Eustaquio Campo Barrado vive aún, es grande su desgracia: tiene bienes y otros los disfrutan. Tiene nombre, y está borrado de la lista de los vivos. Tiene nicho, y está ocupado ya".

sábado, 15 de noviembre de 2008

Dª JUANA SAGRERA O EL CASO DE UNA DETENCIÓN ILEGAL EN EL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO

En la vida del Dr. Antonio Pujadas y Mayans existe un hecho singular que significó un grave deteriodo de su imagen como profesional y un serio desprestigio para su establecimiento. Es el caso del ingreso, en el año 1862, de Dª Juana Sagrera y Guix, en el manicomio de San Baudilio de Llobregat (actual Sant Boi de Llobregat) , con la implicación de su esposo, dos hermanos de la mujer y tres médicos, entre ellos el propio Dr. Pujadas.
El diagnóstico era ambiguo, y reflejaba un conflicto social de carácter familiar de esta mujer, de 41 años de edad, casada con uno de los más importantes comerciantes de Valencia, y que,al parecer, presentaba un comportamiento extravagante. Dos hermanos de la mujer apoyaban al marido, que repetidamente la había amenzado en conseguir que fuera declarada loca si no se avenía a sus deseos.
Su esposo ya había solicitado el dictament de dos médicos, el Dr. Manuel Pastor y el Dr. Antonio Navarra, que certificaron que visitaban a Juana desde hacía algún tiempo, y recomendaban su ingreso en un manicomio.
El ingreso fue autorizado por el alcalde de Valencia, y el Dr. Antonio Navarra y Valentí, nacido en Barcelona, recomendó el Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat. Para ello, y alegando un pretexto banal, hicieron que Juana viajara a Barcelona, y una vez allí le tendieron una trampa en la que intervino el Dr. Pujadas. Ya tenemos a Juana en el manicomio, donde permaneció por espacio de veintitrés días, con órden expresa de su marido de no poder recibir visitas sin su consentimiento, y que sólo podía escribir las cartas que le dictaba el propio Dr. Pujadas. Sin embargo, a pesar de estas estrictas instrucciones, con la complicidad de un empleado del manicomio, el mayordomo Cristóbal Feliu, que sospechaba que pretendían hacerla pasar por loca, la mujer consiguió escribir unas cartas y mandarlas a unos familiares.
Una parte de la familia estaba en desacuerdo con su reclusión, y el 8 de agosto de aquel año, los doctores Wenceslao Picas y Emilio Pi y molist visitaron a Juana, al parecer por indicación del Dr. Pujadas. Estos dos facultativos, tomando en consideración el informe de sus colegas de Valencia y las explicaciones dadas por el Dr. Pujadas, llegaron a la conclusión de que Juana " está afectada de una exaltación de las facultades intelectuales y leve depresión de las afectivas, estado que si bien no constituía una verdadera enajenación mental, fácilmente podría pasar a serlo". Y eran de la opinión de que, para evitar el desarrollo de una enfermedad mental, sería conveniente que estuviera separada de la familia y sujeta a un método que pudiera reducir su actual irritabilidad.
El 13 de agosto, unos familiares de Juana visitaron al Gobernador Civil de Barcelona protestando por su reclusión, consiguiendo que se acordara su salida del manicomio, que fue efectiva el día 22 del mismo mes, y aunque el Dr. Pujadas se opusiera a ello, esgrimiendo argumentos médicos, Juana fue confiada al Convento de Concepcionistas de Gracia (pueblo que años más tarde se anexionaría a Barcelona), donde permaneció bajo la observación de tres médicos, doctores José Bramón, Francisco Joanich y Marcos Bertrán, que dictaminaron que no existía el mínimo indicio de trastorno mental, por lo que fue trasladada a Valencia, donde otros cuatro médicos diagnostican un perfecto estado mental.
En la ciudad de Valencia se instruyó el proceso judicial por reclusión indebida de Juana Sagrera y Guix. En el fallo resultaron condenados el esposo y los dos hermanos de su esposa, a veinte años de prisión, mientras que los doctores Manuel Pastor y Antonio Navarra, lo fueron a dieciocho años, si bien posteriormente fueron indultados por la reina Isabel II.
El Dr. Pujadas , en su condición de miembro de la Societé Médico- Psycologique, de Francia, contó en su defensa con la participación del prestigioso Dr. Brierre de Boismont, y a pesar de que resultó probado que Pujadas era conocedor de la pretensión de la familia, de mantener a Juana encerrada hasta que reconociera el daño que les había causado. Que sabía que no era la enfermedad mental la verdadera razón de su ingreso. Que su malicia quedó manifestada cuando engañó a Juana para que le acompañara a San Baudilio y una vez allí, encerrarla, se encuentra, como atenuante, no haberle producido daño físico ni moral a Juana durante su reclusión. El Dr. Antonio Pujadas y Mayans resultó absuelto.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

EL PATRONATO PRO REHABILITACION SOCIAL DEL ENFERMO MENTAL

A principios del mes de julio de 1965 el director del vespertino barcelonés Tele/eXpres, atendiendo mi propuesta de publicar unos reportages del Sanatorio Psiquiátrico Nuestra Señora de Montserrat, de Sant Boi de Llobregat (actual "Sant Joan de Deu. Serveis de Salut Mental") me autorizó para que, junto a uno de los fotógrafos del periódico, pudiera realizar una serie de reportajes de aquella institución psiquiátrica. Eran mis primeros tiempos de colaborador en aquel naciente medio de comunicación social barcelonés y tenía la oportunidad de dar a conocer, a la opinión pública, aquella institución de altos muros y puertas infranqueables, que albergaban en su interior, a personas asiladas con enfermedad mental, desde que en agosto del año 1853 lo fundara el doctor Antonio Pujadas y Mayans. Así que me apresuré a solicitar el preceptivo permiso al Superior de los Hermanos Hospitalarios de la Orden de San Juan de Dios, propietarios y gestores de aquel establecimiento psiquiátrico, desde el 25 de setiembre de 1895, que lo compró, por un millón de pesetas, el Padre Benito Menni (actualmente San Benito Menni). Sin embargo la respuesta recibida no fue la esperada. Con fecha 15 de julio de 1965, el Hermano Superior, fray Antonio Andión Andía, me escribía " Contesto a su atto. escrito de fecha del día de ayer, en el que manifiesta su deseo de escribir algún reportage sobre el Sanatorio en el periódico Tele/eXpres del que Vd. es corresponsal en esta villa.
Agradezco sus buenos deseos al respecto y quiero manifestarle que, por ahora no consideramos oportuno ninguna clase de glosas ni comentarios de la vida sanatorial".
Lejos de desanimarme, acudía siempre que las obligaciones me lo permitían a la puerta del Sanatorio, esperando la entrada o salida de algún psiquiatra, que en aquellos tiempos eran fácilmente identificados porque vestían traje, camisa y corbata. Cuando coincidía con alguno de ellos, les hacía preguntas, que por lo general no contestaban, hasta que un día, el Dr. Sabaté, para sacarme de encima, me espetó : "Mira Vendrell, no hay nada que decir. El enfermo mental es una mercancía humana que recibe el alta en el cementerio". Fue suficiente.Estas palabras, encabezando un reducido texto, pero impresas con tipos de grandes caracteres, dado el gran formato del periódico, sensibilizó a la opinión pública, mayoritariamente barcelonesa, que inundó de escritos en la sección de "Cartas al Director", del periódico, preguntándose que era lo que estaba pasando en los manicomios , que parecía ser un tema tabú porque los medios de comunicación social nunca hablaban de lo que acontecía detrás de aquellos muros.
Y mientras esto ocurría, la Orden Hospitalaria celebraba el correspondiente Capítulo Provincial y nombraba Superior de la Casa de Sant Boi al Hermano Francisco Sola Pagola. El nuevo prior, lo primero que hizo, fue denunciar el convenio que mantenían con la Diputación Provincial de Barcelona, a todas luces insuficiente para cubrir mínimamente los gastos de asistencia y manutención de sus asilados. No consiguió la cantidad por enfermo y día reclamada pero si un aumento que se aproximaba a los costes reales. Y a partir de este momento el Hermano Sola impulsó la creación del Patronato Local Pro Rehabilitación Social del Enfermo Mental, que se constituiría poco tiempo después. Estaba formado por el alcalde, José Milá Gelabert, el Superior de los Hermanos y la Superiora de las Hermanas, una representación de los médicos psiquiatras de las dos instituciones, una representación de enfermos, y por personas representativas de los diferentes ámbitos sociales, culturales, deportivos y recreativos de la villa.
Este Patronato promovió unas jornadas permanentes y continuadas de puertas abiertas, con la finalidad de posibilitar el contacto y la convivencia entre la población santboiana y los enfermos mentales asistidos en aquellas instituciones. Se consiguió la colaboració, siempre gratuita y desinteresada de primeras figuras de la canción, del espectáculo y del deporte, que acudieron al teatro Capitol del sanatorio para efectuar representaciones, charlas, y toda clase de actos que motivaban la asistencia de santboianos y santboianas que compartían asientos y espacios de aquel recinto con los enfermos. Largo y extenso sería enumerar los muchos y variados acontecimientos que se prodigaron durante aquellos años, con unos resultados altamente satisfactorios para los fines por los cuales se había propuesto.

domingo, 9 de noviembre de 2008

QUAN EL CÉSAR ENS VA DEIXAR (El meu primer contacte amb un malalt mental)

El meu fill Jordi, va nèixer a Sant Boi de Llobregat , on hi va viure fins els 12 anys d'edat,en que , per raons d'escolarització de l'altre fill, David, afectat d'autisme de Kanner, la familia varem anar a viure a la Garriga. Fa uns dies, des d'aquell municipi del Vallès Oriental, Jordi m'ha fet arribar un escrit , un record de la seva infantesa, que atès el seu contingut humà, i en memòria de totes les persones que pateixen malaltia mental, reprodueixo tot seguit:

"QUAN EL CÉSAR ENS VA DEIXAR"
(El meu primer contacte amb un malalt mental).

Era el mes de setembre de l'any 1976, quan per primera vegada anava a l'escola. Abans, però, havia anat a una Guarderia ("Copito de Nieve"). Començava així la meva etapa d'estudiant, fent el primer curs d'E.G.B. a l'Escola Salesiana ,de Sant Boi de Llobregat.

Recordo que un alumne de vuitè curs, senyalava l'hora de sortir al pati amb un cop de xiulet, i aleshores era quan, tota la clase, sortiem disparats com a coets, en aquell pati immens, on hi havien dos camps de fútbol i una pista de basquet.

Al sortir, sempre hi havia un home de petita estatura, amb un bigoti enorme, que lluïa una armilla de pell i placa de xèrif. En els primers temps no enteniem molt be el que hi feia, però ben aviat varem comprèndre, que venia a arbitrar els partits de fútbol que feiem a l'hora del pati. Es deia César, i era un malalt mental del sanatori de Sant Boi de Llobregat.

Cada dia estava allà, no hi faltava mai. Fins i tot quan plovia, quan no podiem sortir a jugar, ell igualment hi venia. Quan veia que no hi havia ningú al camp, marxava amb el cap baix, mentre nosaltres ens quedàvem sota els porxos, entretenint-nos en altres jocs.

Els partits ja us ho podeu imaginar. Erem canalla de 6 anys d'edat, i la feina era nostra per seguir les jugades i donar bones puntades de peu a la pilota. Nosaltres corriem i corriem per aquell camp, mentre que el César també corria i corria fent sonar el seu xiulet sense cap mena de sentit. La veritat és que no li feiem gens de cas, però ell xiulava i xiulava de manera incansable darrera nostra. A vegades es treia el xiulet de la boca per encèndre una cigarreta.

En anar passant el curs, ja era un més entre nosaltres. I cada dia sabiem que aquell home ens esperava. Amb el temps li portàvem fruita, perque li agradava molt de menjar-la. De mica en mica anèvem fent-li més de cas, i ell sempre ens regalava un somriure. Curiosament ara que recordo, no li varem sentir mai la veu.

Així va anar passant el curs, fins el final. Després de les vacances va venir el retrobament amb els companys, i va arribar la primera vegada de sortir al pati d'aquell segon curs. L'alumne de vuitè va tornar a assenyalar l'hora amb el seu xiulet, i tots nosaltres, de nou, com si el temps no hagues passat, varem tornar a sortir correcuita cap el pati, a fer el nostre primer partit de fútbol d'aquella segona etapa escolar.

En arribar al camp, tots ens varem quedar sorpresos, com si hi manqués algua cosa, com si no fos tot igual de com es va acabar aquell darrer partit de fútbol del curs anterior. Hi faltava el César. Faltava aquella persona que ens havia acompanyat tots els dies del curs anterior, i que mica en mica varem arribar a estimar-lo i a tractar-lo com un més de nosaltres. Varem començar el partit pensant que vindria el dia següent. Però no ho va fer, ni l'endemà, ni passat ni l'altre. No va tornar.

Varem preguntar al professor, i ell conscient del mal que ens faria la seva resposta, ens va dir que el César havia mort aquell estiu. A tota la classe es va fer un silenci com mai hi havia hagut, i la pena d'haver perdut aquell amic es va apoderar de tots nosaltres.

Ja mai més les hores del pati van ser igual que abans. Han passat trenta anys i escaig, i jo encara me'n recordo del César, i malgrat que amb el pas del temps he anat comprenent que era una persona amb malaltia mental, el tractàvem com un més de nosaltres, perque el César a fi de comptes era com un nen, que el feia feliç i content compartir, a la seva manera, la nostra estona d'esbarjo.

Malgrat que sento tristor en recordar-lo, penso que dins de tot va tenir l'oportunitat de poder estar ben atès en el nostre hospital psiquiàtric, on a més, els que ho podien fer, sortien unes hores al dia per compartir els nostres espais, com a ciutadans que també eren de Sant Boi de Llobregat.

Jordi Vendrell i Llauradó

La Garriga, (El Vallès Oriental), Diada dels Fidels Difunts. Novembre de 2008 "


jueves, 6 de noviembre de 2008

LA DESAFORTUNADA OCURRENCIA DE UNA SECRETARIA DEL PODER JUDICIAL

Según informa la Confederación Autismo-España, en su boletín de este mes de noviembre, ha presentado una denuncia ante la Oficina Permanente Especializada del Consejo Nacional de la Discapacidad, por el artículo publicado en El País.com el pasado `día 22 de octubre, en que se publica la imagen de una pancarta sostenida por una secretaria del Poder Judicial con la leyenda : BERMEJO: DIMISIÓN. POR AUTISTA Y ABUSÓN".
Como se recordará, esta reciente huelga de secretarios judiciales, tuvo un seguimiento masivo y la repercusión de este inopotuno lema se extendió a todos los medios de comunicación social del país. Ha sido por ello que la Confederación ha hecho llegar al Ilustre Colegio Nacional de Secretarios Judiciales, al diario El País.com y al periódico El Progreso de Lugo, su repulsa por la inadecuada utilización de la palabra "autista" como término peyorativo, al referirse a la actitud del Ministro de Justicia, Sr. Mariano Fernández Bermejo.
Entiende la Confederación, que la utilización de la palabra "autista" en este caso, no solamente resulta del todo inadecuada, sino que por encima de todo vulnera el derecho de las personas afectadas con Trastorno del espectro Autista a un trato digno, al tiempo que contribuye a dificultar su integración social y cualquier tipo de normalización, ya que éstas no se producirán mientras se mantengan actitudes tan lamentables y desafortunadas como esta, por parte de funcionarios que trabajan en ámbitos tan importantes como la Administración de Justícia.
El Colegio Nacional de Secretarios Judiciales, ya ha transmitido sus disculpas a la Confederación, asegurando "que esta Corporación no respalda... la utilización indebida de términos que aluden a enfermedades o minusvalías y nos hacemos cargo del padecimiento de quienes directa e indirectamente sufren este problema", al tiempo que les invita a volver a denunciar hechos como este.
Por lo que a mi respecta, atendida mi condición de padre de un joven afectado de Autismo de Kanner, debo añadir que, por desgracia, la utilización de calificativos peyorativos, utilizando términos propios de la enfermedad mental o de la discapacidad, para insultar o denigrar a otras personas, son constantes y continuados. Denunciarlo sirve de muy poco. Mejor dicho, de nada.

lunes, 3 de noviembre de 2008

EL AYUNTAMIENTO DE CIEMPOZUELOS HA NOMBRADO "HIJO ADOPTIVO" A SAN BENITO MENNI



. "Estos dos centros que San Benito Menni creó en nuestra localidad, han sido y son fuente de riqueza social, moral, religiosa, económica y cultural de Ciempozuelos, y gracias a ello, los habitantes de Ciempozuelos conocen y ayudan a los pacientes de estos centros". Con estas palabras, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ciempozuelos (Madrid), Miguel Angel Valdepeñas, destacaba, en su intervención, la importancia que en todos los aspectos ha tenido para el municipio, el establecimiento del hospital psiquiátrico, para hombres, en 1877 y la fundación de la Congregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, el 31 de mayo de 1881, en la propuesta de nombramiento de "Hijo Adoptivo" a San Benito Menni, en el Pleno del Ayuntamiento de Ciempozuelos celebrado la noche del jueves, dia 30 de octubre pasado.
"La obra que inició San Benito Menni en el siglo XIX -- prosiguió Valdepeñas -- han marcado el devenir de nuestro municipio a lo largo de todo este tiempo, haciendo de los vecinos de ciempozuelos, personas con una clara conciencia de los problemas de los enfermos de salud mental. Por todo ello, no podemos concebir el presente de Ciempozuelos sin las dos instituciones que el santo fundó en nuestro municipio, y que han condicionado, para bien, el desarrollo de nuestro pueblo en todos los ámbitos". Finalizada la exposición pública, y para concluir, el concejal de Cultura definió a San Benito Menni como "una de las personas más importantes que ha tenido Ciempozuelos a lo largo de su Historia y que ha marcado tan claramente el desarrollo de nuestra localidad".
Seguidamente todos los grupos políticos con representación municipal (PP, PSOE, IU,PIC-Ciempozuelos, y CPCI) aprobaron por unanimidad la concesión del título de Hijo Adoptivo de la Villa de Ciempozuelos a San Benito Menni.
El Padre Benito Menni llegó a España, por Barcelona, el 6 de abril de 1867 para restaurar la extinguida Orden de San Juan de Dios en España, Portugal y México, y el 1881 fundó laCongregación de Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de jesús.
Entre las numerosas fundaciones nos referiremos, a nivel local, a la compra del Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat (actualmente Sant Boi de Llobregat), transcurridos catorce años del fallecimiento de su fundador, Dr. Antonio Pujadas y Mayans, estableciéndose el 25 de septiembre de 1895, con una nutrida representación de las dos comunidades religiosas de Hermanos y Hermanas para hacerse cargo de la población asilada de los dos sexos.

sábado, 1 de noviembre de 2008

EL MANICOMIO DE SAN BAUDILIO DE LLOBREGAT, EN LA OBRA DE BENITO PÉREZ GALDÓS

Se dice que las comparaciones siempre suelen ser odiosas, pero no deja de resultar curioso que en la literatura española del siglo XIX, la obra de Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid,1920) este novelista, dramaturgo y cronista español, autor entre otros, de los famosos "Espisodios Nacionales", considerados como el mejor relato histórico del siglo XIX español, hiciera, en sus obras, " La Desheredada" y "Doña Perfecta", unos relatos tan diferentes de los manicomios de Santa Isabel, de Leganés (Madrid) y de San Baudilio de Llobregat (actual Sant Boi de Llobregat),(Barcelona).
En "La Desheredada" (1881), dedica varias páginas al Manicomio de Santa Isabel, de Leganés, inaugurado en 1851 durante el reinado de Isabel II. Para no extendernos en demasía, reproduciremos solamente uno de los varios párrafos: "¡Ay!.Cualquiera que despertara súbitamente á la razón y se encontrase en el departamento de pobres, entre aquella lastimosa turba de séres, que sólo tienen de humano la figura, y se viera en un corral más propio para gallinas que para enfermos, volvería seguramente a caer en demencia, con la monomanía de ser bestia dañina. En aquellos locales primitivos, apenas tocados aún por la administración reformista, en aquel largo pasillo, formado por larga fila de jaulas, en aquel patio de tierra, donde se revuelcan los imbéciles y hacen piruetas los exaltados, allí es donde se ve el horror de esta sección espantosa de la Beneficiencia, en que se reúnen la caridad cristiana y la defensa social, estableciendo una lúgubre fortaleza llamada manicomio, que juntamente es hospital y presidio!.
Contrariamente, en "Doña Perfecta" (1876) dedica un pequeño párrafo al Instituto Manicómico de San Baudilio de Llobregat, del que era fundador, propietario y director el Dr. Antonio Pujadas y Mayans, desde el año 1853. Veamos:
"Barcelona, 1º de junio
Acabo de llegar aquí después de dejar á mi sobrina Rosario en San Baudilio de Llobregat. El director del establecimiento me ha asegurado que es un caso incurable. Tendrá, sí, una asistencia esmeradísima en aquel alegre y grandioso manicomio. Mi querido amigo, si alguna vez caigo yo también, llévenme a San Baudilio".
Pienso que con las descripciones de estos dos manicomios, sobran comentarios.